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viernes, 17 de febrero de 2012

Yo no soy capaz


En Chilueta había una familia de sapos. Los sapos Cucaramán eran uno de los linajes con apellido reconocido. En ella todos eran grandes profesionales y funcionarios del país. El sapo Caliman Cucaramán era hijo de Anastasia y Sergio, los presidentes de la nación. Ambos se recibieron de ingenieros civiles e igualmente anhelaban que su hijo lo fuese.

Sergio desde que su hijo estaba muy pequeño solo le mencionaba que los ingenieros ganan muy bien y que solo así pueden sobrevivir. Caliman como estaba muy pequeño era un ser manipulable, pero a medida que fue creciendo encontró su felicidad; la música, decía “yo no soy capaz de truncar mis sueños”.

Su pasión es la música bossa nova. Caliman muy triste y casi llorando compartía con su amiga Fabilar: “quiero hacer algo diferente y que impacte al mundo por completo. Bella, no dejaré que mis padres me hagan daño. Quiero hacer lo que me gusta y no ser como mis padres que no me dan libertad, que me imponen y que a cada momento me dicen: “tienes que ser ingeniero civil sino te morirás de hambre y no serás reconocido, además, recuerda yo soy sabio y debes obedecerme, sino lo cumples tendrás que abandonar Chilueta”.

¿Qué hago? Yo no soy capaz de renunciar a mi visión. Caliman ya tenía 18 años, su larga trayectoria aunque sea a escondidas había marcado fuertemente la vida de sus amigos y algunos vecinos. Ellos le hacían propaganda tanto en el barrio como en el facebook. “Vamos, presentación en aguacate”, “Más que música, gran concierto navideño con Caliman” y demás exposiciones.

A Caliman las veladas navideñas le favorecían porque ahí concurrían más sapos y extranjeros, puesto que se sentían identificados con su música. La satisfacción se notaba en sus rostros, los sapos tenían orgullo de que un sapo de su país participara en magnos eventos. Fue así que a uno de los tantos conciertos asistió un representante de Italia, el maestro de maestros de la música, Abimael. Sus ojos brillaban y dijo: “este sapo sí es un ídolo de la música”.

Al culminar el concierto en Chilueta, Abimael invitó a Caliman a cantar en un estadio de Italia y le dijo: “Considero que más vale un sapo en mano y de leche que dos en una cueva, es decir, estas iniciando la carrera de la vida y te resta mucho por conocerla, ya verás lo bueno que te viene”.

Gracias don Abimael, fíjese que mis padres ya están veteranos y no desean seguir aprendiendo, lo cual considero que es erróneo y desean hacer lo mismo conmigo, Caliman le contaba taciturno y cabizbajo.

--Abimael: No dejaré que ocurra. De lo vil y lo menospreciado te sacaré, te compraré los mejores instrumentos para que suenes bien y fluyas con todo tu esplendor.

--Estoy sumamente sorprendido, un joven como tú seguro de lo que anhela y desea ser. Felicidades porque has sabido encontrar tu propia identidad, no has sido uno más del montón solo para agradar a la gente. Lo agradable es que tu corazón por dentro no está como una cascarita y no se siente inútil porque logró su visión.

--Sí don Abimael es que gracias a Dios encontré desde temprana edad mi identidad, me prometí a mí mismo demostrarle a mis padres que cuando todos van en contra de la corriente yo recobro fuerzas y ánimo para seguir en la música e inspirarme a escribir nuevas letras.

Hay que luchar por los sueños porque cuando ya  miren que la perla está pulida todos te envidiaran y dirán que maravilloso lo que estaba escondido detrás de ese sapo y es ahí cuando confiarán en ti, serás de inspiración para otros y mencionarán yo no soy capaz de quedarme con las piernas cruzadas ni solo en piscinas o charcos sino que lucharé al igual que…

2 comentarios:

  1. Esta historia es super inspiradora.... plasmaste en carne viva la historia y los sentiminetos del protagonista... Simplemente una Genio :) PVL

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    1. Gracias! La verdad quise instar a los jóvenes al progreso. No conformarnos a la realidad. Se puede cumplir los sueños con esfuerzo y permanencia sin importar qué te diga la gente. "Vos no podes" claro que sí puedes con la ayuda y fuerzas del Señor.

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