En Chilueta había una familia de sapos.
Los sapos Cucaramán eran uno de los linajes con apellido reconocido. En ella
todos eran grandes profesionales y funcionarios del país. El sapo Caliman
Cucaramán era hijo de Anastasia y Sergio, los presidentes de la nación. Ambos
se recibieron de ingenieros civiles e igualmente anhelaban que su hijo lo
fuese.
Sergio
desde que su hijo estaba muy pequeño solo le mencionaba que los ingenieros
ganan muy bien y que solo así pueden sobrevivir. Caliman como estaba muy
pequeño era un ser manipulable, pero a medida que fue creciendo encontró su
felicidad; la música, decía “yo no soy capaz de truncar mis sueños”.
Su pasión
es la música bossa nova. Caliman muy triste y casi llorando
compartía con su amiga Fabilar: “quiero hacer algo diferente y que impacte al
mundo por completo. Bella, no dejaré que mis padres me hagan daño. Quiero hacer
lo que me gusta y no ser como mis padres que no me dan libertad, que me imponen
y que a cada momento me dicen: “tienes que ser ingeniero civil sino te morirás
de hambre y no serás reconocido, además, recuerda yo soy sabio y debes
obedecerme, sino lo cumples tendrás que abandonar Chilueta”.
¿Qué
hago? Yo no soy capaz de renunciar a mi visión. Caliman ya tenía 18 años, su
larga trayectoria aunque sea a escondidas había marcado fuertemente la vida de
sus amigos y algunos vecinos. Ellos le hacían propaganda tanto en el barrio
como en el facebook. “Vamos, presentación en aguacate”, “Más que música, gran
concierto navideño con Caliman” y demás exposiciones.
A
Caliman las veladas navideñas le favorecían porque ahí concurrían más sapos y
extranjeros, puesto que se sentían identificados con su música. La satisfacción
se notaba en sus rostros, los sapos tenían orgullo de que un sapo de su país
participara en magnos eventos. Fue así que a uno de los tantos conciertos
asistió un representante de Italia, el maestro de maestros de la música,
Abimael. Sus ojos brillaban y dijo: “este sapo sí es un ídolo de la música”.
Al
culminar el concierto en Chilueta, Abimael invitó a Caliman a cantar en un
estadio de Italia y le dijo: “Considero que más vale un sapo en mano y
de leche que dos en una cueva, es decir, estas iniciando la carrera de la vida
y te resta mucho por conocerla, ya verás lo bueno que te viene”.
Gracias don Abimael, fíjese que mis
padres ya están veteranos y no desean seguir aprendiendo, lo cual considero que
es erróneo y desean hacer lo mismo conmigo, Caliman le contaba taciturno y cabizbajo.
--Abimael:
No dejaré que ocurra. De lo vil y lo menospreciado te sacaré, te compraré los
mejores instrumentos para que suenes bien y fluyas con todo tu esplendor.
--Estoy sumamente
sorprendido, un joven como tú seguro de lo que anhela y desea ser. Felicidades
porque has sabido encontrar tu propia identidad, no has sido uno más del montón
solo para agradar a la gente. Lo agradable es que tu corazón por dentro no está
como una cascarita y no se siente inútil porque logró su visión.
--Sí don Abimael es que
gracias a Dios encontré desde temprana edad mi identidad, me prometí a mí mismo
demostrarle a mis padres que cuando todos van en contra de la corriente yo
recobro fuerzas y ánimo para seguir en la música e inspirarme a escribir nuevas
letras.
Hay que luchar por los
sueños porque cuando ya miren que la
perla está pulida todos te envidiaran y dirán que maravilloso lo que estaba
escondido detrás de ese sapo y es ahí cuando confiarán en ti, serás de
inspiración para otros y mencionarán yo no soy capaz de quedarme con las
piernas cruzadas ni solo en piscinas o charcos sino que lucharé al igual que…
Esta historia es super inspiradora.... plasmaste en carne viva la historia y los sentiminetos del protagonista... Simplemente una Genio :) PVL
ResponderEliminarGracias! La verdad quise instar a los jóvenes al progreso. No conformarnos a la realidad. Se puede cumplir los sueños con esfuerzo y permanencia sin importar qué te diga la gente. "Vos no podes" claro que sí puedes con la ayuda y fuerzas del Señor.
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